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Ensino Superior no Brasil e no Mundo

quinta-feira, 1 de agosto de 2013

Palabras de una graduada



“Pensar es fácil, obrar es difícil. Pero lo más difícil de todo es obrar en conformidad con aquello que se piensa”. Paúl Valery

El deseo de triunfar es la más recia de las ambiciones humanas, aunque resulte contradictorio, es la menos complicada, ya que preferimos triunfar a fracasar, y sólo lo logramos con lo más trascendental e insustituible, el conocimiento, valores y principios; además del ímpetu irresistible de nuestra voluntad, que nos ayuda a buscar el catalizador del coeficiente de la inteligencia, el entusiasmo, para que se transforme en la vivacidad de nuestro andar, la fuerzas de nuestras manos, y la energía de nuestra esencia.

El devenir de la vida, nos ha enseñado que la ambición, entusiasmo, éxito y felicidad, son causa y efecto inseparables que se engrandecen mutuamente para que los problemas en el destino de los hombres, no sean superiores a sus fuerzas, así la voluntad ha llegado a resolver lo que parecía irresoluble.

“El mundo dará paso al hombre que sabe a dónde se dirige” Emerson.

La sabiduría se desplaza entre dos enigmas indescifrables, a saber: el misterio del origen y la estremecedora incógnita del fin; límites insondables, en donde la mente y el espíritu se aferran a la vida en busca de su estabilidad y la armonía interior. Los cuestionamientos serán los mismos, sólo las respuestas permutarán en el tiempo; por lo que debemos estar dispuestos a profundizar en todo, en el momento oportuno, con el fin deliberado y concreto de aprovechar el milagro de haber nacido, considerando las limitaciones de nuestras facultades, para acercarnos o reemprender hacia la excelencia.
Hemos asimilado que únicamente merece la libertad en la vida, quien frecuentemente sabe conquistarla. Oportuna es nuestra decisión, tenaz su ejecución.

Somos los autores de nuestro destino, con el esfuerzo y los obstáculos por superar, hallamos la fuente principal de la verdadera prosperidad. Con los caminos duros y escarpados, seamos quienes seamos, todos debemos edificar alzar la villa de Dios y al mismo tiempo, la ciudad de los hombres.

“La grandeza ni se enseña, ni se adquiere, es la expresión del espíritu de un hombre privilegiado por Dios”. Ruskin

Verdad eterna, virtud del cielo, belleza de la tierra; esa es la mirada de Dios en un acto de amor y de fe para los mortales, por eso requiere la ofrenda de ser agradecidos y la acción positiva de reconocer su grandeza en el sentido más real de la vida.

Gracias Dios por tus prodigios para la humanidad, y del mío, el de conservar a mis padres y a mi familia; ellos son la razón y el porqué estoy aquí frente a ustedes.

La fe colectiva surge en la capacidad de la ciencia para captar la realidad material creada por el hombre y no dada de forma instintiva por la naturaleza. Obras reveladoras, representativas,  inverosímiles que plasman el talento y carácter de sus inventores, investigadores y descubridores, quienes con tendencias utópicas e inusitadas, conceptúan al mundo en un haz y envés de una época, valorando la vida con su principal atributo, su conciencia.

La ingeniería es una ciencia vigente, habilidad y desafío que se remontan a los orígenes de los pueblos: herramientas usadas en la cultura Egipcia, Griega y Romana; aparejos y mecanismos utilizados en las pirámides de Giza o en Grecia, el Caballo de Troya; reseñan el paso de ésta por la historia; sus campos del saber, su perspicacia, sus técnicas, en donde cambiaron las normas por las tesis de ejecución, la perspectiva por las calles, la vida por sí misma, y aún busca en forma apremiante, la originalidad  acertada en revelaciones que han provocado infinitas indagaciones de acontecimientos tecnológicos que asombran a la sociedad.

Citar todo lo que el mundo ha visto, pero pensar lo que nadie ha pensado es la tarea apremiante e impostergable para el ingeniero. Irrisorios son los hombres que construyen las ciudades, la mayoría los habita; los que cimentan un puente, la mayoría los cruza; los que levantan rascacielos, muchos sólo observan y admiran su magnitud; pocos son los hombres que aplican sus conocimientos científicos a la invención de las técnicas industriales, para innovar: desde caminos y canales, a crear una hidroeléctrica; desde generar electricidad, hasta la electrónica o nano electrónica; desde la química, a la atómica y molecular; desde la biología a la genética, desde la informática, a la cibernética o desde la economía hasta la hospitalaria y tecnológica. De esta forma la ingeniería ha influenciado en la modernidad de los pueblos y culturas, sus deducciones firmes y  soluciones singulares sin precedentes, han llegado a las zonas insondables del ser humano, y han sistematizado un mundo concreto que disecciona e interpreta, con criterio suspicaz, las ideas audaces, con la conjetura: del medio sobre el hombre, en función de su temperamento, ubicación y cronología e incluso, en las formas de gobierno. Con lo expuesto está implícito, y no hay ocasión a la divagación, para comprobar su absoluta utilidad.

Al mismo tiempo que diserto, recuerdo la postura y sapiencia de mis maestros, sus opiniones, su voz endurecida ante la lealtad que exigían en el proceder, en el cumplimiento del deber de estudiantes, nos encaminaron de formas distintas y en diferentes personalidades,  sensibilidad en adoptar una misma actitud ante la vida, nos instruyeron en el poder y la invención de la ingeniería, en la autenticidad que debe tener un profesional. Por eso estoy segura de acertar, si afirmo, que su trabajo se salvará de ese implacable enemigo llamado “olvido”.

Antes que demos datos y fechas de la admisión y graduación de esta promoción, prefiero detenerme en evocar al amigo, al compañero de la misma áspera lucha, a los amigos de patio, a los del cotidiano paisaje, quien con su armonía, amalgama tantos matices que se cristalizaron para siempre en nuestra atónita mirada: mirada del ayer, la de adolescente, joven  y rebelde, y hoy quizás, la mirada cuarteada e incrustada  por el tiempo, del técnico que todavía deja la puerta entreabierta a la creatividad para persistir en descubrir la clave del éxito.

Permítanme detenerme en lo inolvidable que fue crecer y fundirse en un horizonte de muros, donde los hombres abrigan calidez, esperanza y generosidad; y agradecerles por su colaboración a la realización personal, y de la carrera de todos los ingenieros aquí presentes.

Como representante de la Escuela Politécnica del Ejército, Coronel Ing. Mauricio Chávez, haga extensivo a todas las autoridades, docentes y personal administrativo, nuestro sincero y consciente agradecimiento. Su generosidad los hizo ricos en algo que muy pocos conocen: cortesía, amabilidad y respeto.

Los anhelos indican nuestra aptitud, miden la alteza de los propósitos, son el boceto de futuras acciones, la esencia de lo que esperamos, y su honesto cumplimiento será nuestra misión, sin descartar nuevas ideas, probabilidades, lucharemos con insistencia, no con necedad, sino con constancia y persistencia.

El ser ingeniero es, una actitud frente al mundo, y lo ha evidenciado; mujeres e ingenieras, cualidades sensatas que se recubren de inteligencia, puestas entre la sociedad y el talento, que reparan y entretejen la experiencia. Hemos omitido las normas y prejuicios de un destino, roto las ataduras para no vivir más de espaldas a la vida; hemos descubierto que los que son como nosotras, que se dejan mecer en el vaivén de lo nuevo o válido, sabrán responder con nobleza, a su íntima e indestructible verdad; actuaremos y sentiremos, en correlación a la realidad auténtica de ser ingenieros graduados en la República del Ecuador.

El patriotismo se ufana y se reafirma con la identidad. Con tus acciones cosechas una habilidad y con el carácter, un destino, por ende, dirijamos al país al progreso, a la unidad, a la igualdad de oportunidades para que no sean opciones excluyentes, sino proyectos equitativos con valor nacional.

“La mano izquierda del progreso se denomina fuerza, la mano derecha se denomina espíritu” Anónimo.

Siempre habrá quien pronuncie nuestro nombre, recuerde nuestras actitudes o alabe la entrega incondicional al servicio de la humanidad; habrá hombres que se sientan dignificados por sus obras, que de manera asombrosa e irrepetible, lo lograron. Hombres que por su honestidad, gallardía, altura y el fulgor de sus propósitos, evidenciaron la franqueza en sus actos y la predisposición para admitir las más increíbles hazañas, modificando sus vidas al cambiar sus actitudes, para generar confianza y optimismo.

Seamos los heraldos y promotores de realidades, orientados con fortaleza, equidad, integridad y valentía para profundizar en las derrotas del ayer, y generar el cambio progresivo del mañana.

Ingenieros, existimos en un mundo variable, innovado por las acciones humanas para su creación o destrucción, para la generosidad idealista o  la ambición dinámica natural del universo. No posterguemos las oportunidades, escuchemos los dictados del corazón, dejando a un lado lo que no nos inspire. Entra en ese mundo que nunca podrás llegar a desvelar del todo y verás que algo más esplendoroso se reflejará en el iris de tus ojos.

“Yo no os aconsejo la paz, ¡sino la victoria!, ¡que vuestro trabajo sea la lucha!; ¡que vuestra paz sea una victoria! F. Nietzsche.

PROMOCIÓN ESPE-2013


Ing. Katyuska M.  Sangurima Reinoso

Graduada de la Facultad de Ingeniería Civil