“Pensar es fácil, obrar es
difícil. Pero lo más difícil de todo es obrar en conformidad con aquello que se
piensa”. Paúl Valery
El deseo de triunfar es la
más recia de las ambiciones humanas, aunque resulte contradictorio, es la menos
complicada, ya que preferimos triunfar a fracasar, y sólo lo logramos con lo
más trascendental e insustituible, el conocimiento, valores y principios;
además del ímpetu irresistible de nuestra voluntad, que nos ayuda a buscar el
catalizador del coeficiente de la inteligencia, el entusiasmo, para que se
transforme en la vivacidad de nuestro andar, la fuerzas de nuestras manos, y la
energía de nuestra esencia.
El devenir de la vida, nos
ha enseñado que la ambición, entusiasmo, éxito y felicidad, son causa y efecto
inseparables que se engrandecen mutuamente para que los problemas en el destino
de los hombres, no sean superiores a sus fuerzas, así la voluntad ha llegado a
resolver lo que parecía irresoluble.
“El mundo dará paso al
hombre que sabe a dónde se dirige” Emerson.
La sabiduría se desplaza
entre dos enigmas indescifrables, a saber: el misterio del origen y la
estremecedora incógnita del fin; límites insondables, en donde la mente y el
espíritu se aferran a la vida en busca de su estabilidad y la armonía interior.
Los cuestionamientos serán los mismos, sólo las respuestas permutarán en el
tiempo; por lo que debemos estar dispuestos a profundizar en todo, en el momento
oportuno, con el fin deliberado y concreto de aprovechar el milagro de haber
nacido, considerando las limitaciones de nuestras facultades, para acercarnos o
reemprender hacia la excelencia.
Hemos asimilado que
únicamente merece la libertad en la vida, quien frecuentemente sabe
conquistarla. Oportuna es nuestra decisión, tenaz su ejecución.
Somos los autores de nuestro
destino, con el esfuerzo y los obstáculos por superar, hallamos la fuente
principal de la verdadera prosperidad. Con los caminos duros y escarpados,
seamos quienes seamos, todos debemos edificar alzar la villa de Dios y al mismo
tiempo, la ciudad de los hombres.
“La grandeza ni se enseña,
ni se adquiere, es la expresión del espíritu de un hombre privilegiado por
Dios”. Ruskin
Verdad eterna, virtud del
cielo, belleza de la tierra; esa es la mirada de Dios en un acto de amor y de
fe para los mortales, por eso requiere la ofrenda de ser agradecidos y la
acción positiva de reconocer su grandeza en el sentido más real de la vida.
Gracias Dios por tus
prodigios para la humanidad, y del mío, el de conservar a mis padres y a mi
familia; ellos son la razón y el porqué estoy aquí frente a ustedes.
La fe colectiva surge en la
capacidad de la ciencia para captar la realidad material creada por el hombre y
no dada de forma instintiva por la naturaleza. Obras reveladoras,
representativas, inverosímiles que
plasman el talento y carácter de sus inventores, investigadores y
descubridores, quienes con tendencias utópicas e inusitadas, conceptúan al
mundo en un haz y envés de una época, valorando la vida con su principal
atributo, su conciencia.
La ingeniería es una ciencia
vigente, habilidad y desafío que se remontan a los orígenes de los pueblos:
herramientas usadas en la cultura Egipcia, Griega y Romana; aparejos y
mecanismos utilizados en las pirámides de Giza o en Grecia, el Caballo de
Troya; reseñan el paso de ésta por la historia; sus campos del saber, su
perspicacia, sus técnicas, en donde cambiaron las normas por las tesis de
ejecución, la perspectiva por las calles, la vida por sí misma, y aún busca en
forma apremiante, la originalidad
acertada en revelaciones que han provocado infinitas indagaciones de
acontecimientos tecnológicos que asombran a la sociedad.
Citar todo lo que el mundo
ha visto, pero pensar lo que nadie ha pensado es la tarea apremiante e
impostergable para el ingeniero. Irrisorios son los hombres que construyen las ciudades,
la mayoría los habita; los que cimentan un puente, la mayoría los cruza; los
que levantan rascacielos, muchos sólo observan y admiran su magnitud; pocos son
los hombres que aplican sus conocimientos científicos a la invención de las
técnicas industriales, para innovar: desde caminos y canales, a crear una
hidroeléctrica; desde generar electricidad, hasta la electrónica o nano electrónica;
desde la química, a la atómica y molecular; desde la biología a la genética,
desde la informática, a la cibernética o desde la economía hasta la
hospitalaria y tecnológica. De esta forma la ingeniería ha influenciado en la
modernidad de los pueblos y culturas, sus deducciones firmes y soluciones singulares sin precedentes, han
llegado a las zonas insondables del ser humano, y han sistematizado un mundo
concreto que disecciona e interpreta, con criterio suspicaz, las ideas audaces,
con la conjetura: del medio sobre el hombre, en función de su temperamento,
ubicación y cronología e incluso, en las formas de gobierno. Con lo expuesto
está implícito, y no hay ocasión a la divagación, para comprobar su absoluta
utilidad.
Al mismo tiempo que diserto,
recuerdo la postura y sapiencia de mis maestros, sus opiniones, su voz
endurecida ante la lealtad que exigían en el proceder, en el cumplimiento del
deber de estudiantes, nos encaminaron de formas distintas y en diferentes
personalidades, sensibilidad en adoptar
una misma actitud ante la vida, nos instruyeron en el poder y la invención de
la ingeniería, en la autenticidad que debe tener un profesional. Por eso estoy
segura de acertar, si afirmo, que su trabajo se salvará de ese implacable
enemigo llamado “olvido”.
Antes que demos datos y
fechas de la admisión y graduación de esta promoción, prefiero detenerme en
evocar al amigo, al compañero de la misma áspera lucha, a los amigos de patio,
a los del cotidiano paisaje, quien con su armonía, amalgama tantos matices que
se cristalizaron para siempre en nuestra atónita mirada: mirada del ayer, la de
adolescente, joven y rebelde, y hoy quizás,
la mirada cuarteada e incrustada por el
tiempo, del técnico que todavía deja la puerta entreabierta a la creatividad
para persistir en descubrir la clave del éxito.
Permítanme detenerme en lo
inolvidable que fue crecer y fundirse en un horizonte de muros, donde los
hombres abrigan calidez, esperanza y generosidad; y agradecerles por su
colaboración a la realización personal, y de la carrera de todos los ingenieros
aquí presentes.
Como representante de la
Escuela Politécnica del Ejército, Coronel Ing. Mauricio Chávez, haga extensivo
a todas las autoridades, docentes y personal administrativo, nuestro sincero y
consciente agradecimiento. Su generosidad los hizo ricos en algo que muy pocos
conocen: cortesía, amabilidad y respeto.
Los anhelos indican nuestra
aptitud, miden la alteza de los propósitos, son el boceto de futuras acciones,
la esencia de lo que esperamos, y su honesto cumplimiento será nuestra misión,
sin descartar nuevas ideas, probabilidades, lucharemos con insistencia, no con
necedad, sino con constancia y persistencia.
El ser ingeniero es, una
actitud frente al mundo, y lo ha evidenciado; mujeres e ingenieras, cualidades
sensatas que se recubren de inteligencia, puestas entre la sociedad y el
talento, que reparan y entretejen la experiencia. Hemos omitido las normas y
prejuicios de un destino, roto las ataduras para no vivir más de espaldas a la
vida; hemos descubierto que los que son como nosotras, que se dejan mecer en el
vaivén de lo nuevo o válido, sabrán responder con nobleza, a su íntima e
indestructible verdad; actuaremos y sentiremos, en correlación a la realidad
auténtica de ser ingenieros graduados en la República del Ecuador.
El patriotismo se ufana y se
reafirma con la identidad. Con tus acciones cosechas una habilidad y con el
carácter, un destino, por ende, dirijamos al país al progreso, a la unidad, a
la igualdad de oportunidades para que no sean opciones excluyentes, sino
proyectos equitativos con valor nacional.
“La mano izquierda del
progreso se denomina fuerza, la mano derecha se denomina espíritu” Anónimo.
Siempre habrá quien
pronuncie nuestro nombre, recuerde nuestras actitudes o alabe la entrega
incondicional al servicio de la humanidad; habrá hombres que se sientan
dignificados por sus obras, que de manera asombrosa e irrepetible, lo lograron.
Hombres que por su honestidad, gallardía, altura y el fulgor de sus propósitos,
evidenciaron la franqueza en sus actos y la predisposición para admitir las más
increíbles hazañas, modificando sus vidas al cambiar sus actitudes, para
generar confianza y optimismo.
Seamos los heraldos y
promotores de realidades, orientados con fortaleza, equidad, integridad y
valentía para profundizar en las derrotas del ayer, y generar el cambio
progresivo del mañana.
Ingenieros, existimos en un
mundo variable, innovado por las acciones humanas para su creación o
destrucción, para la generosidad idealista o
la ambición dinámica natural del universo. No posterguemos las
oportunidades, escuchemos los dictados del corazón, dejando a un lado lo que no
nos inspire. Entra en ese mundo que nunca podrás llegar a desvelar del todo y
verás que algo más esplendoroso se reflejará en el iris de tus ojos.
“Yo no os aconsejo la paz, ¡sino
la victoria!, ¡que vuestro trabajo sea la lucha!; ¡que vuestra paz sea una
victoria! F. Nietzsche.
PROMOCIÓN ESPE-2013
Ing. Katyuska M. Sangurima Reinoso
Graduada
de la Facultad de Ingeniería Civil
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